El atributo de veracidad y fidelidad está estrechamente relacionado con nuestra respuesta en confianza, a ese acto voluntario de esperar seguras y firmes de que lo que se ha dicho será un hecho porque creemos que quién lo ha dicho o prometido es en esencia y carácter veraz y no miente. El objeto de nuestra confianza, es decir, en quién o que confiamos, no solo define el curso de nuestra vida, sino que también habla mucho del estado de nuestro corazón y sobre todo lo que pensamos y conocemos de Dios y el lugar que ocupa Él en nuestras vidas. Antes de ahondar en el atributo de esta lección…
PRIMERO, MIREMOS NUESTRO CORAZÓN. Lee detenidamente: Jeremías 17:5-8.
5 Así dice el Señor: «Maldito el hombre que en el hombre confía, y hace de la carne su fortaleza, y del Señor se aparta su corazón.6 Será como arbusto en lugar desolado y no verá cuando venga el bien; Habitará en pedregales en el desierto, una tierra salada y sin habitantes.7 Bendito es el hombre que confía en el Señor, cuya confianza es el Señor.8 Será como árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces junto a la corriente; No temerá cuando venga el calor, y sus hojas estarán verdes; En año de sequía no se angustiará ni cesará de dar fruto.
Si tu respuesta es que sí existe alguna área en la que te causa dificultad confiar en Dios, te invitamos a que hagas una pausa y ores:
- Reconoce ante Dios esa área o pecado que no has puesto bajo su Señorío y pídale perdón, pues nuestra falta de confianza es sinónimo de que en el fondo creemos que Dios no es veraz y no es fiel en Su Palabra, en Sus hechos y en Su Persona.
- Una vez que hayas confesado tu pecado, ruéguele al Señor que te tome de la mano y use este estudio para conocer, redefinir y profundizar en Su Persona, fidelidad, veracidad y arraigar a tu alma la verdad de quién es Él.
AHORA, CONOZCAMOS AL DIOS FIEL Y VERAZ.
La palabra Fidelidad se usa en el A.T con la palabra hebrea “Emet”, que se traduce: fidelidad, verdad, amén. Es una palabra que señala estabilidad y confiabilidad de carácter. Su equivalente en el N.T en griego es “Pistos”, que se traduce: confiable, digno de confianza, digno de creer. Cuando se usan estas palabras para referirse a que Dios es fiel o veraz, no solo se está señalando que Él cumple Sus promesas, sino que se trata de la esencia de lo que Dios es, dice y hace en sí mismo. Todo Él es consistente, nunca se contradice y nunca cambia.riquece nuestra creciente comunidad.
Decir que Dios es veraz o fiel, es decir en el sentido más amplio, que es coherente consigo mismo, que es todo lo que debe ser, que se ha revelado como realmente es y que Él y su revelación son completamente fiables. Haciendo a Dios la fuente de toda verdad en todo sentido y digno de toda confianza. Busca los siguientes pasajes y marca las frases que hablan acerca de Dios y el atributo que estamos estudiando.
- Números 23:19.
- Salmos 33:4.
- Mateo 24:35.
- Juan 17:3.
- Romanos 3:4.
- 2 Timoteo 2:13.
- Tito 1:2.
- Hebreos 6:18.
- Apocalipsis 2:6.
En resumen, reafirmamos a través de las Escrituras que:
- Dios no es como el ser humano.
- Dios no miente, ni se arrepiente.
- Lo que dice, lo cumple y lo ejecuta.
- Él no puede negarse a sí mismo.
- Permanece fiel, aun cuando nosotros no lo seamos.
- Hace Sus obras con fidelidad.
- Dios es veraz.
- Sus palabras son fieles, verdaderas y eternas.
La Biblia, está repleta de testimonios donde este atributo se manifiesta. Testimonios donde Dios habla y actúa conforme a quién es, donde todo lo que Él es, dice y hace es verdad, y siempre corresponde a la realidad de lo que aconteció, acontece y acontecerá, sin contradecirse. ¿Puede recordar algunos?
Escribe brevemente en una hoja aparte 3 sucesos o historias de personas registradas en la Biblia que revelen la fidelidad y veracidad de Dios, es decir, donde podamos ver que sus actos son consistentes con su carácter y sus palabras. Por ejemplo: Abraham y Sarah: Su historia con el nacimiento de Isaac. Dios prometió que les daría un hijo y haría de él una gran nación, un pueblo para Sí, y lo hizo. Sus acciones fueron consistentes con sus palabras y carácter. Fue fiel y verdadero a lo prometido.
Ya recordó e identificó la fidelidad y veracidad de Dios manifestada en algunos acontecimientos en la historia de Israel. Ahora, te invitamos a que escribas brevemente un párrafo corto de alguna situación donde de manera personal has experimentado la veracidad y fidelidad de Dios.
Si analiza lo visto hasta ahora, puede observar que la fidelidad de Dios nunca estuvo, está o estará condicionada a nosotros, ni en nuestro desempeño o fidelidad hacia Él. Por el contrario, Dios conoce nuestra condición, sabe que somos polvo (Salmos 103:14), que no somos buenos (Romanos 3:11-18) que no podemos hacer blanco ni negro un solo cabello de nuestra cabeza (Mateo 5:36). Entonces ¿En qué se basa la fidelidad/veracidad de Dios? En que Dios fue, es y será fiel/veraz primeramente por amor a Sí mismo y Su gloria. En Isaías 48:9-11 y Ezequiel 36:22-27, se muestra que la gloria de Dios, el honor de Su Nombre, está en juego en todo lo que Él hace. Entonces, ante todo, Dios es siempre fiel hacia Sí mismo. David Strain dice lo siguiente:
“Esta necesaria fidelidad de Dios hacia Sí mismo es el fundamento de nuestra esperanza y la fuente de toda bendición que podamos conocer. De ella brota todo despliegue de la gloria, la grandeza y la gracia de Dios. Sobre ella descansa la confiabilidad de cada una de Sus promesas. Es el fundamento del evangelio y la raíz de la redención ganada para los pecadores en Jesucristo. La encarnación, los sufrimientos y la gloria de nuestro Salvador pueden entenderse como el derramamiento de la fidelidad divina. Jesús vino, sangró y murió porque Dios es fiel a Sí mismo”.
¡A Dios gracias porque es fiel a Sí mismo!
Ahora que conoces un poco más a fondo lo que la Biblia comunica como Fidelidad/veracidad de Dios ¿Cuál de las siguientes imágenes te describe mejor esos atributos y escribe por qué?
Todo atributo de Dios genera una respuesta en nosotras y nuestro caminar en Cristo ¿Cómo nos impacta la fidelidad y veracidad de Dios?
NUESTRA RESPUESTA: SOY FIEL, POR QUE ÉL ES FIEL. Las Escrituras nos enseñan nuestra incapacidad para hacer lo bueno, para perseverar y permanecer leales a Dios, como decía Juan Calvino “el corazón humano es una fábrica de ídolos” y es por eso que necesitábamos un Salvador. Gracias a que Dios es fiel en sí mismo envió a Jesús, para que a través de Su obra en el calvario y Su resurrección quienes creemos, podamos serle fiel. En otras palabras, podemos responder en fidelidad, porque Él es fiel a nosotros y Él es fiel a nosotros porque es fiel a Sí mismo.
Lee Gálatas 5:22-23.
“Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio; contra tales cosas no hay ley.”
¿Notas que dentro del fruto del Espíritu se encuentra la fidelidad? ¡Asombroso! ¿No?. Somos fieles, por Su Espíritu fiel en nosotras.
La fidelidad nuestra en respuesta a la fidelidad de Dios es la demostración de que somos sus hijas, pues es el Espíritu Santo en nosotras que lo hace posible, y es esta fidelidad producida por Dios en nosotras que trae buen fruto manifestada en una vida de servicio, y de sabia mayordomía de lo que Él nos ha dado para Su gloria y nuestro bienestar. En otras palabras, en una vida que confía y obedece.
Lee 1 Samuel 15:22.
ACTIVIDAD FINAL
La complacencia del corazón divino radica en una sierva cuya vida este rendida y dispuesta a obedecer. Escribe 5 maneras prácticas basadas en la confianza y obediencia en las que puedas mostrar fidelidad a Dios en tu vida cotidiana como respuesta a Su Fidelidad y veracidad (Puedes ver estas parábolas: Mateo 24:45-51/ Mateo 25:14-30.
Te invitamos a leer y meditar en la siguiente oración: