La Gracia de Dios

Versículo base

“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” hebreos 4:16.

Principio

La gracia de Dios es la bondad que Dios muestra a los que no la merecen.

ACTIVIDAD INICIAL

Piense en los últimos seis meses, ¿Qué ha hecho que le ha dado deleite?

INICIO DEL ESTUDIO

Te animamos a tomarte el tiempo para orar antes de iniciar el estudio y pedirle a Dios que abra tu corazón y mente ante lo que vas aprender, y haga los cambios necesarios en ti.

La gracia es una expresión de la bondad de Dios, que se expresa en tres maneras: La misericordia (la bondad de Dios a los que están afligidos), la paciencia (la bondad de Dios que retiene el castigo de los que pecan) y la gracia (la bondad de Dios hacia a los que solamente merecen castigo). La palabra hebrea “KHEN” es la base de la palabra gracia en el Antiguo Testamento, lleva la idea de un regalo dado con deleite. La gracia es el favor que Dios da con gozo a los que no lo merecen. El cristianismo nos enseña que Dios toma la iniciativa para mostrar su bondad al hombre. En todas las otras religiones y filosofías, el hombre tiene que hacer algo para alcanzar a Dios o para recibir algo de Él. Sea con buenas obras, actos religiosos o penitencias, el hombre busca pagar su propia cuenta con Dios.

Solamente nuestro Dios está movido por puro amor a extender Su mano para ayudarnos. Dios nos trata con bondad cuando solamente merecemos Su castigo, y lo hace con deleite (Ro. 4:4).

Efesios 1:6-7 describe la gracia de Dios como “riquezas que sobreabundan”. Según 1 Pedro 4:10, la gracia de Dios es “multiforme”, que es una palabra que describe los colores del plumaje de un pavo real o la variedad de los colores de un arcoíris. La belleza de la gracia de Dios se ve en tantas maneras. Por lo tanto, en este estudio vamos a examinar 3 aspectos de las “sobreabundantes riquezas de la multiforme gracia de Dios.”

Segundo aspecto: La gracia que salva.

La obra de Dios para salvar a un pecador empieza mientras la persona todavía está en enemistad con Él.

Lee 2 Timoteo 1:8-10.

No hicimos nada para pagar por la salvación. El plan de Dios para mostrar su gracia a la humanidad empezó en la eternidad pasada (antes de los tiempos de los siglos). Nosotras no hicimos ninguna cosa, ni buena ni mala, Dios puso en marcha su plan para nuestra redención, la iniciativa fue de Él. Así como no hicimos nada para conseguir la salvación, Dios no cobra nada en el momento que la recibimos. Cuando una persona responde con fe a la obra del Salvador, no debe temer a la muerte, pues recibe vida y la inmortalidad, como dice el siguiente himno.

Me dice el Salvador, Es poco tu poder
Hijo débil halla en mí, Todo cuanto has menester

Todo debo a Él, Cristo lo pagó
De las manchas del pecar, Cual nieve me lavó.

Nada bueno hay en mí, Tu gracia buscaré
En la sangre de Jesús, Mis pecados lavaré. (Elvina Hall, 1865)

Lea en su Biblia Efesios 2:4-10. Mientras lee, marque las palabras que describen la gracia de Dios.

Sin lugar a duda, todos estamos de acuerdo que una persona muerta no puede hacer nada por sí misma. De igual forma una persona que no ha experimentado la gracia salvadora de Dios, está muerta, sin el poder de hacer nada para cambiar su estado. En Cristo, recibimos la nueva vida que empieza ahora y se extiende hasta la eternidad (en los lugares celestiales). La gloria de nuestra salvación pertenece a Cristo, porque no hemos hecho nada para merecerla. Por lo tanto, Dios nos da la nueva vida en Cristo gratuitamente, pero con el propósito de que andamos en buenas obras.

Actividad Final

Para reflexión: Es un deleite para Dios mostrar su gracia a nosotras, ¿Tenemos el mismo deleite en administrar la gracia de Dios a otros?

Te animamos a leer y meditar en la siguiente oración.

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